1/3/10

Querida Luna



Foto: Luna y What's Up


Querida Luna:

Nunca me han gustado los cambios bruscos o precipitados, ya ves que producto de los recientes nuestra Amistad se perderá en el anonimato de los tiempos. No siento dolor, todavía no ha llegado el momento de extrañarte, pero se que cuando vengan las tardes de verano y me apetezca salir al jardín a jugar con los grillos, siempre miraré a los lados, buscándote, intuyéndote, ya sin oler tus rizos blanquinegros, sin mirar tus ojos a veces tristes, otras chispeantes de gozo.

Sabes, Luna, los humanos pierden mucho el camino buscando otros, y aunque al final crean encontrar lo que buscan, la memoria no les permite ser felices del todo. Nosotros somos intuitivos y recordamos solamente entre nieblas, la subsistencia es absorbente, vivimos para complacer a los dueños y por tanto no almacenamos diarios, todo transcurre a su alrededor y la codependencia nos limita mucho, pero eso se lo agradezco a la vida porque ayudará a que nuestra separación sea más llevadera. De entrada te diré que me aburriré, mi dueña pretenderá distraerme con mimos excesivos, huesitos de menta y viajes a South Beach, pero todos sabemos que las despedidas duran mucho y sólo con el hojear de los meses, el corazón recuperará su ritmo cotidiano.

No me he ido y ya te estoy recordando, mi dulce Luna. Como soy sólo un perro, y de contra chihuahua, pensarán que mis lágrimas se deben al viento que choca en mis ojos saltones, pero la realidad es que ya me siento partiendo, y al verte tan serena, con tu cabecita suavemente recostada a la almohada, no puedo impedir que la tristeza rompa las puertas de mi alma. No ladres, Luna, no quiero recordar tu ladrido cuando esté al amparo de las piernas de mi dueña, podría saltar y morderle las entrañas por haberle permitido al destino ser tan cruel y separarnos.

Carmen Karin Aldrey
Miami, 01-03-2010