8/26/21

Historias de amores clandestinos


 

Historias

de amores clandestinos

en cada piedra cada árbol

en cuerpos que nacen

para ser albergues pasajeros

con sus grotescas demandas

su apasionada fragilidad.

Rostros que deambulan    

a través de pasillos discretos

ocultos por brazales y mantillas.

Almas sin riendas

cabalgando sobre bestias míticas

que escriben sus vivencias en la arena

para ser borradas por las olas.

He dejado de contar esas historias

quien no las vivió

no puede escucharlas.

El escozor instintivo las mutila

en infieles escenarios

las revela por túneles anónimos

como si fueran falacias

que un día saltan al vacío

desde alturas bíblicas.

Tristes historias de amor

recordadas frente al mar

cuando oscurece.

Dulces historias de amor

que añoran la materia ausente

cuando el sol desaparece.


Poema y foto: C. K. Aldrey

Shanise cantaba como los ángeles


 

Shanise cantaba como los ángeles

su piel era oscura y sedosa

me recordaba la tonalidad de un eclipse

cuando se impone a la enigmática constancia.

Cada domingo miraba al cielo con los párpados cerrados

decía que detrás de las nubes volaban sus hermanos muertos.

Nunca sabía en dónde estaba Shanise.

De vez en cuando viajaba a través de los mares

su voz conmovía los corazones en todas las casas de Dios

donde siempre la esperaban duendes ancestrales

cientos de niños sedientos.

Cuando regresaba gemía a las galaxias lejanas

el otoño cubría el patio de hojas anaranjadas y melancolía…

yo la miraba y ella besaba mis ojos

desnudaba mis ansias de pez con su hambre.

Entre mis brazos Shanise era real

nuestro eco gritaba en las entrañas

encendía las estrellas cada noche de encuentros furtivos.

Estábamos vivas.

Los disparos y las sirenas se adueñaban

de las calles de Compton.


Poema y foto: C. K. Aldrey

No me perseguían los cuervos

 


Madre

no me perseguían

los cuervos

me perseguían

los hombres.

Y mi padre… ¡tan lejos!

Solo con su desesperanza

intentando olvidar

las penas del encierro…

imaginando un beso.


Poema e imagen: C. K. Aldrey


8/18/21

Mi vecina habla con las paredes


“Y otra vez… por los siglos de los siglos

con un cansancio tan viejo como las ansias de amar

que se disfraza de sueño…”

(Elena Iglesias)

Mi vecina habla con las paredes

cuelga de su cuello el rosario de la primera comunión.

Tiene una amiga espectral que canta zarzuelas

se llama Soledad, desanda con ella por los pasillos del edificio

la enloquece con sus lamentos amargos

me duele la espalda… este encierro me recuerda

a Ceiba del Agua…  Dios mío… qué callados están todos…

Escucho su letanía desde mi propio laberinto  

no acepta el deterioro, la fugacidad, las ausencias

todos los días se despide de la vida, se aferra a la añoranza.

 

Abre y cierra la puerta, la abre y la cierra

cientos de veces sale y entra

camina apoyándose en las paredes con la mirada inalterable 

la veo empujando sus fantasmas con esfuerzo.

Cuando me la encuentro le digo: vecina ¡qué linda está hoy!

Quiero verla sonreír, que limpie el salitre de sus pies

y cuente alguna historia romántica

de cuando la perseguían mozos gentiles

que bailaban cantándole al oído hasta robarle un beso

la promesa de amarlos para siempre.

 

Mi vecina no se detiene nunca

escala montañas, vuela a donde nadie llega

no para hasta que siente hambre o cae la noche

con su silencio de estrellas extinguidas…

sus sombras.


C. K. Aldrey

(De mi poemario "Eclipse")

Obra: "Old woman seen from behind", Vincent Van Gogh