Treinta y cinco años tiene este poema, creo que
fue el último que escribí antes de emigrar, o uno de los últimos. Lo conservo gracias a diligencias
de mi madre que tuvo a bien enviarme a España, a través de una amiga de Madrid
que visitó Cuba, algunos de los textos míos de la “época oscura”, casi todos
inmaduros y sin peso literario –al menos eso creo recordar- escritos en una
Remington viejita que tenía la cinta perforada de tanto tecleo madrugador. Solo
han sobrevivido cuatro o cinco textos… otros quedaron en la Isla… y otros desaparecieron
misteriosamente años después de una gaveta de la casa donde viví por unos
meses, en Hialeah… quizás yo misma los tiré a la basura uno de esos días de neura cuando regresaba de romperme el
lomo en una factoría, o duendes malintencionados quisieron jugarme una mala
pasada por mi linda cara… el caso es que me basta con los muy pocos que aún
conservo, y éste es uno de ellos. En realidad no se trata de una casa, sino de un hogar, roto por la circunstancia histórica que nos tocó vivir.
MI CASA
“La sala ya
no es la sala
la sala es
la cocina.
El cuarto ya no es el cuarto
el cuarto es el inodoro…”
La Noche de los Asesinos
-José Triana-
Mi casa no es mi casa
es la casa del pueblo y los demonios
la casa en la que el terror se desnuda
antes de traspasar la puerta
Es la loca amada y repudiada
gritándole a la noche su dolor
y la cigarra armoniosa
perdida en el dintel.
Mi casa no es mi casa
es la cocina el baño sin luz la cisterna rota
el jardín lleno de garrapatas
los orgasmos del vecino la muerte
Es mi corazón prisionero de la lluvia
la brisa de un hermano gregario
el abrazo de una madre solitaria
los aullidos de una loba de las nieves
Un tormento. Un infierno. Una rosa.
Mi casa no es mi casa
es la cocina…
La Habana, Octubre de 1978
C. K. Aldrey
11-19-2012
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