Solo
puedo hablar
de
gatos y perros
otras
veces de palomas
o
estrellas que serán tragadas
por
la impaciencia galáctica
árboles
parecidos a mi
luz
de noches entrampadas
en
el residuo contaminante
de
los aviones.
Ya
no hablo de amoríos
-todos
se fueron al mar
a
languidecer-
pero
sí de muerte
rencarnación espíritus
la
hojarasca pertinaz
tan
llena de bichos
que
muy pronto será herrumbre
en
el seto que sirve para aislarme.
De
las rosas ya dije todo
después
de ofrecerlas al amor
ni
siquiera quedan los espantos
para
llenarme la cabeza de brumas
el
grito se fue con el eco
la
piedra con el río
el
charco con la arcilla
pocas
son las cosas
que
permanecen en el rito
de
las palabras
que
antes solían
desprender
mis pestañas
por
tantas aflicciones
y queda la ventana
el
fuego de la lluvia…
su
destello en el cristal.
C.
K. Aldrey
(De
su poemario © “El fuego de la lluvia”)
Foto: C. K. Aldrey