9/25/19

Me gusta bailar a media luz






-III-


A mi amigo Carlos Verdecia

Me gusta bailar a media luz
y ese lamento largo
del saxofón
parecido a un conjuro.

Los dinosaurios nos apretamos
pecho contra pecho
y recostamos la cabeza
en el hombro que nos acoge
hablamos en susurros
al oído del amor.

Quién puede decir
que somos bestias primitivas

que estamos fuera de moda
o afectados por el gesto
protocolar.

Llevamos en las venas
la sangre del romanticismo
para nosotros las banderas
tienen una simbología
que se perdió en la historia
de batallas inútiles

no tenemos fronteras
excepto aquellas
que nos han impuesto
los que piensan diferente.

Sin embargo
hay algo que nos asemeja
a esos seres que se empeñan
en desenterrar nuestros huesos
y nombrarlos:
el temor ancestral a perder
la luz brillante y conciliadora
que reverdece a Gaia.


De mi poemario "Soy un dinosaurio", ICE 2015
Photo & Digital c.k.a.


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