(a un muerto viviente en una isla que no existe:
solo tú y solamente tú)
Te
voy a decir
lo
que no es verdad: tú.
Lo
que miras y hablas
donde
te sientas lo que respiras
eso
que imaginas y es grandioso
pero
no existe.
Tú
y lo que tocas lo que pasa
y
se escurre entre tus dedos
lo
que te inventas para sobrevivir
la
cama y tu sudor
la
sal de tu sangre
el
ladrillo que sostiene
tus
pies ennegrecidos
las
arrugas de tu lengua
que
lamió utopías.
Nada
es cierto. Todo es mentira.
El
sarcófago que es tu isla
tu
almohada de rocas
las
plumas de tus alas muertas
la
voz con que pretendes seducir
el
café que mancha tu boca
la
mano temblorosa que ofreces
llena
de culpas y trampas.
No
es verdad nada es verdad
ni
siquiera tu abrazo a los muertos
tus
súplicas al viento de octubre.
Nada
de lo que tienes existe
nunca
ha existido
eres
el espejismo de la vida
tan
vacía como la garganta de una cueva
un
ser extraño que ya no late
sin
el peso abrumador del gentío
que
cae del cielo tormentoso.
No
tienes rostro no tienes nada
perdiste
las piernas en la guerra
quedaste
ciego frente al sol
se
te vaciaron las cuencas con la luz
la
oscuridad te borró de la tierra.
Eres
la orilla de un río seco
donde
se acuestan los espectros
y
sollozan las viudas
una
marioneta de los años
estancada
en visiones olvidadas
cuerpo
sobrevolado por las auras
hambrientas
de la historia.
No
eres verdad no lo eres
te
has imaginado que existes
en
alguna parte en algún lugar hechizado
por
multitudes ilusas
que
tampoco están nunca han estado
y
han sido recreadas
a
fuerza de tallarlas sofocarlas
con bocanadas de fuego
en el volcán del tiempo
que
tampoco existe nunca ha existido
por
mucho que te hayas empeñado
por
mucho que otros se hayan empeñado.
Sencillamente
no estás no estás
solo
tú puedes saberlo solo tú…
C.
K. Aldrey
08-26-2013
Foto:
C.K.A.
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