Esa
tentación
que
siente la hormiga
por
el néctar prohibido…
ese
caminar distraído
que
la hace inofensiva
ante
la abeja y la mariposa…
¡no
es más que un ardid!
La
observo largamente
y
sigo con la mirada su recorrido
a
través de las hojas marchitas
va regresa
se detiene
espera
el momento exacto
para
robarle al tiempo
el
dulce instante del encuentro.
Mientras
tanto una gota se desliza
hermosa transparente
la
llama con sus dedos de miel…
y
la hormiga tiembla
cambia
de color en las sombras.
C.
K. Aldrey
06-18-2014
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