Esto nació bajo los
efectos
-algo surrealistas- que
me provocaron
ciertas batallas leídas en
un fórum.
Ha
sido tan largo
el
camino
tan
largo el tiempo
que
nos dividen
fantasmas
ideologías
costumbres
creencias
generaciones
de
las que poco
sabemos
tan
largo el asombro
el
miedo tan largo
que
ya no distinguimos
de
dónde somos
-aunque
todos
estemos
de acuerdo
en que
nacimos en una isla-
ni
siquiera hablamos
de
las mismas cosas
o
usamos
las
mismas palabras
cuando
tenemos sed
y
el látigo limpia
o
ensucia
nuestras
lenguas.
El
mar de mis memorias
no
era navegado
por
náufragos
no
estaba desbordado
por
la muerte
y
almas afligidas
era
azul
muy
azul
saltaban
las toninas
con
sus lomos negros
bañados
por el sol
se
veían
barcos
de esperanza
emerger
del horizonte
aunque
a veces
no
fuera suficiente
para
viajar al infinito
o
colgarse al cuello
un
abalorio de perlas
engarzadas
en oro.
Tan
diferentes
que
la mirada tiembla
y
el corazón se encoge
tan
ajenos
que
la distancia
huele
a manos rotas
a
tumbas sin flores
a
viento impregnado
de
sales y amargura
hostiles
sarcásticos
presuntuosos
infelices
procaces
y
dolientes
nombres
sin tierra
y
tierra sin nombres
memorias
detenidas
en
leyendas y mitos
frentes
agachadas
y
nariz altiva
un
extremo ardiendo
otro
arrodillado
al
filo del abismo
y
la sobrevivencia.
Sin
embargo
el
odio nos une
con
cuerdas desgastadas
el
odio nos separa
con
cuerdas resistentes
la
contradicción
baila
en las penumbras
y
se ríe
se
ríe de todo
se
burla como una bruja
que
ha logrado
imponerse
y
clava su aguja
en
los dedos vulnerables.
Tan
largo el camino
tan
largo el tiempo
que
es más fácil maldecir
que
comprendernos.
C.
K. Aldrey
11-27-2014
Photo:
c.k.a.
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