TBT- Pintas, escribes y diseñas páginas Web. ¿Qué
experiencia especial te ha permitido conocer cada oficio?
Karin- Bueno, escribir es prácticamente un oficio que fui
adquiriendo paulatinamente, una inquietud que surgió desde los primeros
libros de cuentos que me leía mi madre antes de dormir y que en la
adolescencia fue tomando cuerpo como necesidad creadora, una especie de
revelación. El haber trabajado por varios años en la Biblioteca Nacional de
La Habana también fue inspirativo, leía febrilmente, me rodeé de personas con
sensibilidad y un bagaje cultural que compartido, quizás significó la más
importante de las motivaciones.
Pintar fue obra de circunstancias vivenciales, mi admiración por el Arte y en
específico por la obra de pintores como Van Gogh, Romanac, Chagall, O´Keeffe
o Bronzino, la casualidad de empezar a trabajar de pronto en una galería (donde
tomé clases), mas descubrir que podía dominar ese acto trascendental de
interpretar emociones e ideas con los colores -algo que disfruto muchísimo,
al extremo que lo prefiero a comer cuando estoy absorbida en un proyecto- en
fin, códigos que la vida se ocupa de situar en el lugar exacto para que sean adivinados
e interpretados en el momento preciso…
Con relación a las páginas webs, tengo que decir que fue consecuencia de
ambas cosas. Primeramente, una vez poseedora de una colección de mis
pinturas, quise abrir una exposición permanente de mi trabajo en Internet,
así que tuve que empezar por aprenderme los programas informáticos necesarios.
Una vez creada la Website, empecé a plantearme agrandar el espacio,
incluyéndole poesía, música, arte internacional, etc. A partir de ahí se fue
desarrollando un proyecto de generalidades culturales más ambicioso, La
Peregrina Magazine, que hoy por hoy cuenta con un equipo de colaboradores
impresionante y además con muchas secciones permanentemente activas: Arte,
Literatura, Poesía, Historia, Asuntos Hebreos, Música, Ensayo, Contra el
Muro, The Corner of the Bilingual Howlings, etc.
Cabe destacar que también colaboro voluntariamente en la versión electrónica
de Linden Lane Magazine y la Galería de La Casa Azul, dirigidas por nuestra
querida amiga y colega Belkis Cuza Malé, y con el diario independiente
NotiCuba Internacional, dirigido por David Rodríguez, y lo hago porque
considero un deber contestatario el compromiso de apoyar los proyectos de
nuestra cultura en el exilio.
TBT- ¿Es el mundo una cosa que se puede representar tal cual es
en el arte y la literatura, o las persona crean su propio mundo?
Karin- Esa es una pregunta que a veces me he hecho cuando observo
o leo el trabajo de los demás, y definitivamente, a veces he pensado que todo
es posible que suceda en la mente humana, no sólo en la de un artista o un
escritor. El realismo o el hiperrealismo entre otros, o la novela testimonio
o histórica, usualmente logran trasmitir el mundo tal cual es, aunque con
matices muy personales. Siempre está la huella, única e irrepetible, y
gracias a ello gozamos del privilegio de la identidad individual.
En los países con dictaduras totalitarias, por poner un ejemplo, el
impedimento para imprimir ese sello y estampar esa huella, ha adulterado la
personalidad de los creadores y de sus obras, convirtiéndolos en una especie
de clonación repetitiva y forzándolos a asumir cierta mediatización con el
poder, a veces de aberrante complaciencia. Es una pena, porque la creación es
algo muy personal y reprimirla es asesinar la esencia del hombre. A este
punto apuesto por ambas cosas, te puedes crear tu propio mundo, representarlo
tal cual es o incluso combinarlas, pero desgraciadamente en infinitas
ocasiones esto depende de las circunstancias históricas y sociales.
TBT- ¿Crees que decir lo que se desee sirva en el Arte y la
Literatura para fomentar la educación?
Karin- Bueno, le daré cierto giro a la pregunta. Sobre este tema
no puedo quizás opinar acertadamente, pues no soy educadora (aunque fui
maestra de kínder), al menos profesionalmente, pero bajo mi punto de vista el
fomento didáctico de las Artes y la Literatura es tan importante como el de
las Ciencias, porque en conjunto han creado las bases del balance cultural de
la sociedad, y la cohesión de ambas las muy variadas columnas que sostienen a
nuestra civilización.
En la Antigüedad las tendencias humanísticas y científicas estaban mucho más
interrelacionadas, de hecho muchos artistas también fueron científicos, o
viceversa, y desdichadamente perseguidos, enjuiciados, desterrados o
sentenciados a muerte por decir lo que pensaban. Hoy por hoy y gracias a
ellos, podemos contar con información importantísima sobre los factores más
relevantes de nuestra evolución. La tierra se movía, era circunferencial,
pero los retrógrados lo consideraban un disparate, así como el Puntillismo
fue rechazado en los ochocientos por su supuesta relación con las
varicelas.
La Historia nos ha demostrado que sólo es posible contribuir al desarrollo
social con honestidad, expresando libremente tu criterio y trabajando en pos
del mejoramiento humano, y parte de ello es educar, una responsabilidad que
tiene que ser compartida por todos. El fomento de la Educación está
precisamente sustentado por este principio ineludible, incluso para los que
se niegan a reconocerlo.
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